LA DIVERSIDAD CULTURAL COMO TAREA EDUCATIVA
Afrontar los muchos problemas que plantea la presencia de realidades multiculturales en las sociedades occidentales constituye sin duda un desafío complejo e inevitable.
Uno de los espacios para atender este reto es el espacio educativo.
La escuela ofrece la oportunidad cotidiana, otra cuestión es si los educadores quieren, saben o pueden aprovecharla para generar aprendizaje, ofrecer valores y promover conductas que incidan posteriormente en el cambio social y cultural necesario para construir el porvenir.
A nuestro juicio, el proceso de trabajo necesario para cumplir esta realidad presenta una serie de secuencias que pueden partir de un conjunto de tareas interrelacionadas entre sí:
• Descubrir y desarmar los prejuicios, estereotipos y conductas relacionadas con la convivencia de los diferentes ( aquellos que no pertenecen a lo que englobamos en el término “ nosotros “ )
• Investigar y descubrir el espacio y el contexto social actual que hace posible las situaciones descritas anteriormente.
• Comprender e interpretar las otras culturas en los mismos términos en que comprendemos e interpretamos la nuestra.
• Configurar el escenario que hace posible el encuentro entre culturas, tratando los conflictos que surjan de dicho encuentro desde el reconocimiento recíproco y la cooperación.
• Suscitar cambios individuales y colectivos que afecten a la sociedad, romper las dinámicas discriminatorias para ir formando una cultura de paz.
La escuela debe sumar una nueva demanda a su propuesta educativa, educar para construir una sociedad intercultural, es un objetivo complejo y ambicioso, pero engloba una gran verdad del optimismo pedagógico “ quizás la escuela no cambie el mundo, pero sin ella no será posible hacerlo “.
Nuestros hijos e hijas pasan largos años de su vida en un contexto de socialización escolar.
Para este propósito, podemos destacar tres de las propuestas de la educación intercultural:
• Organizar experiencias de socialización basadas en valores de igualdad, reciprocidad, cooperación e integración.
• Aprovechar la diversidad cultural como instrumento de aprendizaje social
• Dotar y dotarnos de destrezas de análisis, valoración y crítica de la cultura.
La escuela tiene la función social de enseñar y esto implica también la decisión de lo que es legítimo enseñar. Diversidad y unidad se conjugan en este espacio que es la escuela.
Alguna de las múltiples opciones que se pueden llevar a cabo desde la escuela para ir haciéndola más efectivamente intercultural son :
• Un proceso de acogida y adaptación de los nuevos alumnos : La incorporación al centro se suele realizar de manera continua a lo largo de todo el curso. Es muy importante este 1º acercamiento al centro escolar, porque proporcionara seguridad al niño. El niño debe integrarse
• Programa de educación en valores y formación de actitudes : Se debe contemplar el trabajo de desarrollo de competencias y habilidades sociales con una visión de convivencia intercultural, donde todos aprenden de todos.
Para terminar decir que, las nuevas circunstancias socioculturales constituyen un desafío y una oportunidad para educar desde una perspectiva positiva de enriquecimiento que supone el encuentro entre culturas y deberá, por tanto, ser abordado con eficacia por nuestros sistemas educativos en sus distintos aspectos y dimensiones.
El proyecto de educación intercultural se verá abocado al fracaso si olvidamos que se trata de un proyecto global que debe implicar a toda la escuela desde sus aspectos tanto organizativos, como curriculares, metodológicos y formativos
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