MÉTODO TOSHIRO KANAMORI:
Cada día tres niños leen cartas a sus compañeros, hablandoles honestamente sobre sus sentimientos.
En la clase se enseña a los niños, además del programa lectivo, como manejarse con relaciones problemáticas, con la infelicidad y con el alejamiento o perdida de los seres queridos. Incluso se enseña a ponerse en el lugar y a apoyar a los compañeros que han pasado por ello.
El documental ha sido rodado a lo largo de un año lectivo, en el que se ve claramente como los niños APRENDEN DE VERDAD, a compartir sus sentimientos, a ponerse en el lugar de los otros, y a apoyar a todo el que lo necesite. Con ello aprenden a valorar la VIDA y por tanto a disfrutar de ella.
Hacía tiempo que no veía en acción a un docente supervocacional, de mente preclara. Su nombre: Toshiro Kanamori.
Este superman de la pedagogia es capaz de conseguir cosas maravillosas:
1. Niños que aprendan DE VERDAD a SENTIR el sufrimiento de sus compañeros. A ponerse en su lugar, emocionalmente. Nunca creí que se podía enseñar EMPATÍA, hasta que lo vi a él en acción.
2. Niños que entienden lo importante que es disfrutar de la Vida, con mayusculas.
3. Y todo esto, sin descuidar en ningún momento, el aprendizaje del material que corresponde a su edad escolar.
Estas son las palabras del final del documental sobre las que merece la pena reflexionar:
Reír, llorar, aprender.
Ahora los 35 alumnos entienden que los vínculos de amistad se crean pensando en los sentimientos de los demás. Aprender a pensar en los demás les ha enseñado cuál es la clave de la felicidad y a ser felices desde el fondo del corazón.
Cada día tres niños leen cartas a sus compañeros, hablandoles honestamente sobre sus sentimientos.
En la clase se enseña a los niños, además del programa lectivo, como manejarse con relaciones problemáticas, con la infelicidad y con el alejamiento o perdida de los seres queridos. Incluso se enseña a ponerse en el lugar y a apoyar a los compañeros que han pasado por ello.
El documental ha sido rodado a lo largo de un año lectivo, en el que se ve claramente como los niños APRENDEN DE VERDAD, a compartir sus sentimientos, a ponerse en el lugar de los otros, y a apoyar a todo el que lo necesite. Con ello aprenden a valorar la VIDA y por tanto a disfrutar de ella.
Hacía tiempo que no veía en acción a un docente supervocacional, de mente preclara. Su nombre: Toshiro Kanamori.
Este superman de la pedagogia es capaz de conseguir cosas maravillosas:
1. Niños que aprendan DE VERDAD a SENTIR el sufrimiento de sus compañeros. A ponerse en su lugar, emocionalmente. Nunca creí que se podía enseñar EMPATÍA, hasta que lo vi a él en acción.
2. Niños que entienden lo importante que es disfrutar de la Vida, con mayusculas.
3. Y todo esto, sin descuidar en ningún momento, el aprendizaje del material que corresponde a su edad escolar.
Estas son las palabras del final del documental sobre las que merece la pena reflexionar:
Reír, llorar, aprender.
Ahora los 35 alumnos entienden que los vínculos de amistad se crean pensando en los sentimientos de los demás. Aprender a pensar en los demás les ha enseñado cuál es la clave de la felicidad y a ser felices desde el fondo del corazón.
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